sábado, 27 de mayo de 2017

LA LEY NO ES NI PUEDE SER UN GARROTE

ALBERTO ARTEAGA, ABOGADO PENALISTA: “LA LEY NO ES UN GARROTE PARA LIQUIDAR AL ADVERSRIO” Por Jolguer Rodríguez Costa —¿Es ciega o sorda la justicia venezolana? —Ciega no es, sorda sí, tiene incontinencia verbal y se aparece de vez en cuando como los espantos. —Dicen que el derecho penal da pena... —Más bien se dice que los penalistas damos pena. Al ofrecer mis servicios me presento como un aficionado al derecho penal. —¿Vale la pena denunciar? —La Fiscalía General de la República fomenta la denuncia, pero la fiscal siempre exige pruebas al denunciante cuando quien tiene que hacerlo es ella. —¿Qué previó cuando en 2006 los magistrados corearon el ¡Uh, ah!? —La puñalada trapera de una realidad que se refleja ahora, en toda su crudeza, con el “efecto Aponte”. —¿Es el Presidente la ley? —Lo evidencian sus “sugerencias”, que se convier-ten inmediatamente en investigaciones. —Si “la democracia es una república de jueces”, ¿cuál régimen impera? —El de la etapa más primitiva de la venganza privada. Lo vemos todos los días en las páginas de sucesos de la prensa. —¿Un defendido indefendible? —Hasta un ex magistrado confeso de sus delitos tiene derecho a la defensa. —¿Lo era su defendido Carlos Andrés Pérez? —Tampoco, porque tuvo un juicio político. Cualquier argumento era absolutamente inútil ante la utilización de la justicia penal como arma contra el adversario político. —¿Se deja violar el soberano? —Hemos dado tristes muestras de sometimiento y tolerancia ante la arbitrariedad y el abuso. —Y los abogados, como garantes de la justicia, ¿por qué nunca protestan? —Esta profesión se encuentra absolutamente postrada. La en mayoría de los abogados hemos dado un ejemplo de lo que no puede ser un defensor de la ley y de los derechos. —¿Cómo lavar esa imagen? —Con la convicción de que la ley no es un garrote para li-quidar al adversario. —Y el venezolano, ¿es ilegal por naturaleza? —No ha internalizado el valor de la justicia ni el de la ley. —¿Qué aconsejará el Consjjo de Estado? —Sólo recomendará la malcriadez internacional de se-pararnos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. —Separados de ella, ¿quién podrá defenderlos? —¿A los familiares de los muertos por la violencia? -Sólo la justicia divina. —¿Y a los medios del acoso oficial? —Se puede montar un expediente completo sobre las agresiones a la libertad de expresión. —¿La justicia más injusta? —La justicia que no llega. —¿Por qué en 13 años se ha cuadruplicado el número de homicidios? —Es paradójico: en Venezuela es mejor ser condenado que procesado, cosa que no concluye nunca. La única sanción que se aplica sin juicio y en forma anticipada es la prisión preventiva. —También en el mismo lapso se duplicó la población carcelaria... —Tanto, que La Planta fue diseñada para 400 personas y la ocupaban 2.700. —De ser director de prisiones... —No aplicaría la liberación masiva. Despolitizaría la ad-ministración de justicia para que en uno o dos años el cambio sea radical. —Al desunir el país, ¿es condenable el Gobierno? —Sin duda, no legalmente pero sí éticamente. —¿Ha perdido amigos? —Más bien hay algunos alumnos que se gradúan, se hacen llamar doctores y lo primero que hacen es desco-nocerlo a uno como profesor. —¿La justicia de lentes oscuros? —La que se aplica a los amigos del régimen. —¿Lo ilegal de la oposición? —El radicalismo en la mente de algunos. —¿Subestiman la fuerza electoral del comandante? —No todos, pero hay gente opositora que aspira a volver al pasado. —¿Alguna vez se equivocó como abogado? —Muchas veces. —¿Un consejo a los nuevos colegas? —Más vale un mal arreglo que un buen pleito. —¿Cada pueblo tiene el gobierno que se merece? —Y cada gobierno tiene la delincuencia que se merece. —¿Los derechos que el Gobierno niega a la oposición? —El derecho de disentir. —¿Y viceversa? —El derecho al pataleo, sin que ello implique justificar un pretendido derecho al insulto. Pedimos tolerancia, pero también debemos darla. —¿Un derecho enderezado por la revolución? —Haber hecho más visibles a los marginados sociales. —¿La institución impecable? —La Iglesia. —¿Cuánto vale un juez? —Depende de si es un juez honesto como María Lourdes Afiuni o su antítesis representada por Aponte Aponte. —¿La impunidad más implacable? —La de los homicidios: más de 90% queda sin sanción. —¿Hay derecho al militarismo del siglo XXI? —La FAN debe hacer cumplir la Constitución y defender la soberanía. —¿Aun declarándose chavista? —Constitucionalmente hablando eso es una contradicción in terminis. —El juez Velásquez Alvaray asegura que un importante sector militar ligado al narcotráfico controla el TSJ... —No creo que la FAN esté penetrada por el narcotráfico, pero sería bueno una investigación. —¿Qué pasaría en Venezuela si la revolución logra desarmar a la población? —Creeré en el desarme cuan-do grupos irregulares perfectamente identificados como las milicias entreguen sus ar-mas y el Gobierno haya sido capaz de desarmar a los privados de libertad.