lunes, 6 de noviembre de 2023

(VII)El Esequibo y el Presidente de la República Ignacio Andrade

El Presidente de la Re¬pública, General Ignacio Andrade, pese a la con¬flictiva situación de su go¬bierno, ha tenido tiempo para pensar en lo que ha ocurrido en París. Con algún desgano ha seguido las incidencias del pro¬ceso y las deliberaciones del Tribunal Arbitral. Con todo, las inquietudes del Presidente son más in¬mediatas. Fue exaltado a la Primera Magistratura por 470.000 votos y eso le ha servido de muy poco. Su gobierno se disuelve y él lo sabe. Sus emisarios ante el general insurgente que está en Valencia son ya más emisarios de Ci¬priano Castro que suyos. El Presidente está solo. Camina en la noche por los muy elegantes corre-dores de la Casa Amarilla y sostiene un diálogo fan¬tasmal consigo mismo. Quiere terminar pronto esta agonía del poder. Andrade toma notas, re¬gistra traiciones. Refle¬xiona: “Tengo el ardiente deseo de poner cuanto antes punto a esta tirante situación porque estoy profundamente avergonzado del espectáculo de anarquía, desorden y barbarie que Venezuela ofrece al mundo civilizado, precisamente ahora cuando se termina (y como para influir en daño de la Patria. El proceso de nuestra magna cuestión internacional con Inglaterra ante el Tribunal tal vez el más célebre y de importancia trascendental que se haya constituido en el presente siglo”. El Presiedente no parece alarmado por la decisión de París. “La traición me acecha donde quiera… El Presidente cree que lo mejor es dejar a Venezuela y decirle adiós a todo esto.

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